Las conductas irresponsables con el medio ambiente son netamente un producto del crecimiento de la cultura en que buscamos mantenernos en nuestra zona de confort. Para empezar a "cambiar el juego" primero debemos educarnos en valores y respeto por el cuidado y preservación tanto de los recursos naturales, como de los espacios públicos; y que mejor manera de dar el primer paso, que integrando estrategias pedagógicas en los colegios, para que las nuevas generaciones adquieran la cultura del cuidado y la sostenibilidad ambiental; de ésta manera procurando que sean ellos constructores de conciencia en las mentes reacias de los adultos, y a su vez, formar futuros profesionales que trabajaran desde sus campos de aplicación teniendo siempre presente su ética y responsabilidad social por la integración social en pro de la sostenibilidad y solución de la crisis medio ambiental.
viernes, 27 de mayo de 2016
lunes, 2 de mayo de 2016
MOMENTO 4 Situación problema
EL EJERCICIO DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL PARA GENERAR UN AMBIENTE SOSTENIBLE
El dilema ético planteado anteriormente, La relación entre la conducta humana y los problemas ambientales, me direcciona a la identificación de una problemática que se presenta dentro de mi comunidad. En el barrio en que resido actualmente y desempeño mis actividades cotidianas, a través del análisis empírico he podido notar que a la comunidad le rodean varias problemáticas que oprimen el desarrollo de un mejor bienestar y calidad de vida.
Planteamiento
Para presentar la situación problema de una manera descriptiva, los factores que le generan, son varios. En mi comunidad, localidad de Suba, barrio Costa Azul, contamos con varios parques verdes para la recreación, denominados espacio público. Estos lugares son utilizados como puntos de encuentro para la realización de actividades deportivas, culturales y otras con ánimo de lucro; además de ello, los habitantes que tienen mascotas suelen llevarles allí para que puedan hacer sus necesidades fisiológicas, pero; en primer lugar es muy frecuente que de manera inconsciente e irresponsable con el espacio público, muchas de éstas personas no se toman la molestia de cumplir con el deber de no dejar desechos en los parques, no recogen las heces fecales de sus mascotas, dejando una huella de contaminación ambiental, visual y que marchita la armonía del sitio.
Se ha observado también que suelen permanecer olvidados y a nombre de nadie, gran cantidad de escombros y basura en los parques y zonas verdes, que igual que en el caso anterior, generan mal aspecto, contaminación y deterioro de la vida verde que allí pueda haber. Éste segundo suceso, por lo general responde al mal manejo de residuos, y a la inmoralidad de quienes optan por dejarlos en vía pública, sin importar los impactos de su acción, con tal de no tenerlos en sus casas.
Cuando se hace uso de estos espacios para la realización de eventos familiares, bazares o celebraciones, en fechas señaladas como los días dominicales, o festivos de la temporada decembrina, entre otros, es al día siguiente en que nadie responde por los desechos y restos de basura que quedan en éstos parques. Se trata de que aún no entendamos que la basura, escombros, desechos, (botellas, empaques, cáscaras, plásticos) y más, no van a regresar solos, quienes los generan adquieren la responsabilidad de recogerlos y dejar el lugar limpio, como estaba antes de su llegada.
Sería bastante la cantidad de colillas de cigarrillo que una sola persona atravesando un parque podría recoger, y no es nada alentador encontrar que sea precisamente en las zonas verdes donde los fumadores inconscientes deciden arrojarlas.
Teniendo en cuenta que en términos globales, la mayor crisis que aqueja la población, es la contaminación ambiental que nos sumerge en un planeta cada vez menos sostenible; decidí enfatizar en los problemas de contaminación, mal uso y descuido de los espacios públicos que se generan en mi comunidad, originados en el errado concepto y mal ejercicio de la responsabilidad social.
Argumentación
Según la teoría que nos comparte Adela Cortina, los seres humanos somos estructuralmente morales, poseemos una estructura moral que nos permite concebir nuestro entorno como la realidad en que nos encontramos inmersos, para generar respuestas a las preguntas que surgen en el mismo; posterior a las respuestas realizamos elecciones (que conllevan acciones) de las cuales somos totalmente responsables, contando con una estructura de libertad, justificación y responsabilidad, la llamada estructura moral de los seres humanos.
La estructura moral de los seres humanos se forja a partir del carácter y los contenidos morales que el mismo configura a través de su desarrollo como persona; el cual se inicia desde la infancia. Pero es importante rescatar que los niños son lo suficientemente hábiles e inteligentes como para notar que en muchas ocasiones es una cosa lo que se les dice que deben hacer para actuar de manera correcta, y otra la que los adultos hacen, que puede no ser la manera correcta, entonces vienen a tomar mayor aprendizaje de lo que observan y no de lo que se les dice.
Por otro lado, respecto a los contenidos morales y la diversidad de culturas; sí, es cierto que en cada cultura las personas actúan regidos por su moral, y tienen diversos patrones de comportamiento diferentes a los de otras y que podrían ser incluso señalados como inapropiados. Sin embargo, aún con cuya diferencia de contenidos morales, todos los seres humanos de todas las culturas cuentan con una estructura moral.
La responsabilidad social actual se trata de pequeños gestos para que las cosas vayan mejor, y se considera suficiente”, afirma Vallaeys. Pero por análisis empírico en mi comunidad salta a la realidad, que dichos gestos se tratan de acciones nepostistas, que a la vez se contradicen con otros patrones de comportamiento.
Es decir, algunas personas ahorran el agua en su casa, apagan uno que otro interruptor para economizar el consumo de energía eléctrica, y velan por que sus a sus hijos, hermanos o pareja no les falte ningún recurso básico.
Pero, ¿Qué pasa con las necesidades de quienes no tienen al alcance dichos recursos básicos para la subsistencia? ¿Qué pasa allá afuera con el sostenimiento del planeta? ¿Qué pasa allá afuera con el espacio público y las zonas verdes que purifican el aire que nos mantiene vivos?
Frente a ésta problemática, nadie se dispone a recoger un papel del piso para arrojarlo a la basura, nadie se preocupa por no dejar desechos de sus mascotas en vía pública, nadie se percata de no arrojar la basura del alimento que van consumiendo en cualquier parque, nadie cree que sea contraproducente liberarse de los escombros que tiene en su casa y dejarlos en alguna esquina. Todo esto, porque cada uno piensa en el “no lo haré porque nadie más lo hace”, sin embargo, es necesario reiterar que la responsabilidad social no se trata de la responsabilidad de un individuo con la sociedad, ni la responsabilidad de la sociedad, puesto que ésta no es un solo actor; se trata de la responsabilidad entre la sociedad.
Posición general
Es necesario fomentar desde casa y en las relaciones interpersonales que se dan en los entornos que frecuentamos, la cultura de la moralidad en nuestras acciones que generan impactos medio ambientales. Si por ejemplo, en mi comunidad, no cuidamos los parques y zonas verdes que brindan nos oxígeno puro, además de convertirse en lugares olvidados y desolados perfectos para focalizar inseguridad, pronto los pocos árboles que queden allí con vida, ya no serán suficientes para brindarnos calidad de vida; aumentarán las islas de calor y ya no habrán espacios aptos para la realización de actividades familiares, deportivas o culturales. Que son precisamente los fines con que se construyeron estos parques y zonas verdes.
Posición personal
Mi posición personal frente a la problemática, se trata de reconocer la necesidad de re aprender y transmitir los valores del cuidado del medio ambiente, reflexionando sobre la incidencia de la conducta humana en la creciente crisis mundial, es necesario y de carácter urgente que empecemos a cultivar la responsabilidad social con el medio ambiente en las nuevas generaciones, dando ejemplo de ello, e inculcando el aprendizaje de conductas que contribuyan a la sostenibilidad. Yo enseño a mis sobrinas de 6 y 7 años, el respeto y el cuidado por la naturaleza y los animales que a ella pertenecen, también el cuidado de los espacios públicos, y comparto con ellas conversaciones que les lleven a entender las razones por las que es importante y necesario guardar prudencia en nuestros actos, en aras de que éstos no obstruyan el único planeta que tenemos para vivir.
Es fundamental ejercer ésta pedagogía para el cuidado del medio ambiente en las nuevas generaciones, teniendo en cuenta también que serán ellos quienes padezcan la escases de recursos naturales a futuro, si la crisis no se asimila, maneja y sutura de manera sensata. Considero que éste como otros problemas que enfrenta la humanidad; el conflicto, la desigualdad, la violencia de género; entre otros, indiscutiblemente deben empezar a solucionarse desde la educación, con fines de re aprender los conceptos equivocados que nos llevan a caer en la escalada a dichos problemas.
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